Mis ladrillos(borrador)
Me encontré un rastri en la calle.
Hago un castillo con missss ladrillos.
Juego a que hay una princesa. Juego a ser la princesa que va a ser rescatada por un príncipe azul. Nunca llega. Empieza a aburrirme el juego del castillo. Empiezo a no querer jugar.
De repente mi castillo se desmorona. Quedo aplastada por un juego de ilusiones. Intento moverme en un mundo de irrealidades, donde existen hadas lo suficientemente buenas como para conceder deseos, donde existen dragones que vigilan, donde existen príncipes que te rescatan. Ah, no. No existen me parece. Empiezo a dudar de la existencia de la fantasías. ¿Será que todo es monótono, real y aburrido?
Y me subo a las alas de un cóndor. De repente soy una pulga saltando de aquí para allá, sin animarme a picar. Y en uno de mis saltos quedo enganchada en un cable, casi pierdo mi sombrilla, siempre me costó ser equilibrista. Me deslizo a los saltos por la cuerda, no me importa caerme. Me gustó siempre saltar me doy cuenta, es más divertido que caminar.
Y cuento mis pasos hasta aburrirme de ser la equilibrista, y salto, y miro mi paraguas, me convierto en Mary Poppins. Supercalifragilisticoespialidoso repito sin parar mientras caigo en un charco y empiezo a nadar. Me gusta mi cola de sirena, y avanzo y me sumerjo. Galopo en caballitos de mar.
Me empieza a faltar en oxígeno. Me inserto en una burbuja y soy Coca Cola. Demasiado dulce. Soy soda, soy champagne, soy sidra, soy alcohol. Soy una burbuja de detergente paseando por la peatonal. Vuelo hasta que me aplasten. Decido quedarme en las manos de mi vil destructor.
Ya en su casa, casi sin querer, casi queriendo, vuelvo a ser la princesa del cuento, vuelvo a entrar en la fantasía de ladrillos.
El juego se repite. Soy princesa, soy pulga, soy equilibrista, soy Mary Poppins, soy sirena, soy todos y no soy nadie. Una y otra vez. El juego no varía. La historia vuelve a empezar. Y será así, incesante, in-cambiante, hasta que alguien me rescate.
Hago un castillo con missss ladrillos.
Juego a que hay una princesa. Juego a ser la princesa que va a ser rescatada por un príncipe azul. Nunca llega. Empieza a aburrirme el juego del castillo. Empiezo a no querer jugar.
De repente mi castillo se desmorona. Quedo aplastada por un juego de ilusiones. Intento moverme en un mundo de irrealidades, donde existen hadas lo suficientemente buenas como para conceder deseos, donde existen dragones que vigilan, donde existen príncipes que te rescatan. Ah, no. No existen me parece. Empiezo a dudar de la existencia de la fantasías. ¿Será que todo es monótono, real y aburrido?
Y me subo a las alas de un cóndor. De repente soy una pulga saltando de aquí para allá, sin animarme a picar. Y en uno de mis saltos quedo enganchada en un cable, casi pierdo mi sombrilla, siempre me costó ser equilibrista. Me deslizo a los saltos por la cuerda, no me importa caerme. Me gustó siempre saltar me doy cuenta, es más divertido que caminar.
Y cuento mis pasos hasta aburrirme de ser la equilibrista, y salto, y miro mi paraguas, me convierto en Mary Poppins. Supercalifragilisticoespialidoso repito sin parar mientras caigo en un charco y empiezo a nadar. Me gusta mi cola de sirena, y avanzo y me sumerjo. Galopo en caballitos de mar.
Me empieza a faltar en oxígeno. Me inserto en una burbuja y soy Coca Cola. Demasiado dulce. Soy soda, soy champagne, soy sidra, soy alcohol. Soy una burbuja de detergente paseando por la peatonal. Vuelo hasta que me aplasten. Decido quedarme en las manos de mi vil destructor.
Ya en su casa, casi sin querer, casi queriendo, vuelvo a ser la princesa del cuento, vuelvo a entrar en la fantasía de ladrillos.
El juego se repite. Soy princesa, soy pulga, soy equilibrista, soy Mary Poppins, soy sirena, soy todos y no soy nadie. Una y otra vez. El juego no varía. La historia vuelve a empezar. Y será así, incesante, in-cambiante, hasta que alguien me rescate.
Publicado por Maru a las 8:58 p. m.
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