domingo, junio 19, 2005

Hoy

Hoy después de mucho tiempo me hablaste. Sin que yo te buscara. Vos solito viniste a mí. Me preguntaste cómo estaba, me contaste la última novedad de tu vida. Me preguntaste dónde estaba. Y yo me ilusioné. Comencé a pensar nuevamente, en vos, en mí, en nosotros. Nosotros. Nunca entendiste realmente de qué se trataba eso. Nunca comprendiste el sentido de esa palabra. Nosotros.
Y yo volví a soñar, volví a tener esas sonrisas que oculto de todos para que sean solamente mías. Volvés a estar en mi mente, aunque nunca te hayas ido.
Y me pregunto por qué. Por qué me hablaste. Por qué preguntaste sobre mí. ¿Fue acaso sólo pura diversión? ¿Fue acaso sólo puro aburrimiento? Nunca sabré lo que fue. O si.
Y ahora vuelvo a esperar. A esperarte. A pensarte. A soñarte. A quererte. A esperarte. Y a esperar que esta vez no espere en vano, pero de vos lo puedo esperar.

domingo, junio 05, 2005

Miedo

Tengo miedo de decirlo. Tengo miedo de pensarlo. Tengo miedo de sentirlo.
Temo que si lo digo pierda su magia. Temo que si lo digo se haga real. Temo que si lo digo comience a creerlo. Me da miedo, me asusta, me aterra.
¿Será verdad? ¿Será así? ¿Cómo puedo saberlo si no es correcta ninguna respuesta? O al menos eso creo. Pero no sé. Son tantas las cosas que no entiendo.
Sólo sé que me aterra pensarlo, porque si lo pienso lo creo. Y si lo creo me mareo más aún, me confundo más aún, me pierdo, también más aún. ¿Es tan necesario encontrar una solución? ¿Hay solución? ¿Solución a qué? Ya no distingo el problema. Ya no sé si existe. Ya no sé si existo.